Agradable
El jardín era amplio y tupido; alguien siseaba sonora y sosegadamente entre las verdes hierbas; era el viento impertérrito, esculpía lenguas heladas. La dulce hierba era mullida, las ramas de los árboles, grandes y nudosas, señalaban al cielo azul y límpido. Los gusanos retozaban gratamente sobre la flácida y esponjosa tierra; sus laxos cuerpos se metían con extraordinaria destreza entre los orificios de la dúctil arena. El panorama era agradable.